Asomo mi cabeza por la ventana,
porque se ha escondido y quiero ver la luna.
De repente me topo con mis rejas,
estoy sola en mi cuarto, vestida con risas viejas.
Que bien se está fuera,
¿Porque no puedo ahora salir?
Tan sólo a la terraza, lo prometo, no me iré de allí,
-No, lo siento,-me responde una voz sútil.
Y aunque no lo digo lo pienso,
Persona sin sentimientos que no me deja vivir...
Lo siento luna llena, no te podré mirar mas,
hasta el próxima día que salgas,
y tu belleza poder apreciar.
Mientras tanto mi cabeza quedará asomada,
aquí te espero, aquí apoyada,
con mis ilusiones en el borde del corazón,
y mi cabeza en un rima asentada.
Mientras tengo una parte fuera,
la otra sufre dentro, me da igual lo que pase,
libres son mis sentimientos.
Y con estos pensamientos oigo a un grillo cantar,
un pájaro que se esconde y olores hermosos que caracterizar.
Oh luna, donde estás, necesito verte de nuevo,
de tí no puedo despedirme, necesito tus destellos,
reflejar mis penas en tu luz,
sentirme bien conmigo, que no me hagan la cruz,
no quiero despedirme sin sentir que te he tenido,
lo hize en cierta parte, pero eso pasa al olvido.
Y fijándome en las estrellas de acompañantes,
huelo el olor a tierra mojada,
umm, olor penetrante, olor que me indaga,
olor que me produce despertarme de buena mañana,
la tierra será la que se intercambie por tu presencia,
pero... ¡LUNA! Jamás olvidaré tu ausencia...
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